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miércoles, 6 de abril de 2011

Fan Fic: "Batallas" (League of Legends) [Capítulo 1]


Un pequeño fan fic que me dió por escribir en las clases de filosofía, por aprobechar un poco el tiempo, espero continuarlo algún día (es bueno ser optimista).
Está inspirado en la relación (por lore) entre dos personajes del videojuego League of Legends, Garen y Katarina.
Espero que lo disfruteis todos. =)




Garen paseó, lentamente, la mirada por el que, dentro de unas horas, se tornaría en un campo de muerte y sangre en nombre de la justicia. Sin embargo, ni la preocupación por él o sus hombres, ni la necesidad de repasar todas sus tácticas para campiñas como aquella ocupaban su mente. "Ella" era lo único que tenía en su cabeza.
Aquella mujer, rápida como una centella, con el pelo tan rojo como la sangre de los cientos, quizás miles de aquellos hombres quienes la habían derramado a sus pies. Aquella mujer que, tras décadas de rectitud, había conseguido que Garen sintiese el significado de "duda". Aquellas delicadas y a la vez curtidas facciones, tan peligrosas como sensuales, estaban atadas a su mente con mil cadenas.
Simplemente... Deseaba encontrarla hoy, en aquella campiña, enfrentarse a ella y poder disfrutar con cada uno de sus movimientos de nuevo, beber, empaparse de ella...
¡Maldita sea! Tenía un ejército por liderar, a su venerado rey y todo su pueblo dependiendo de cada uno de sus actos, decisiones, aptitudes. No podía dejar llevarse por sus sentimientos.
Pero... Simplemente... No podía parar.
(...)
¡DEMACIA!
Las graciodas tropas demacianas cargaron contra la horda noxiana al grito de Garen, cargadas del coraje y la valentía que esté les infundía. Pero Garen, tras cada mandoble, cada perro noxiano derribado a sus pies, no podía evitar buscar, rápidamente, con la mirada, el rojo destello que le tenía completamente obsesionado.
"¿Quizás no iba a asistir aquella batalla?" Garen sentía que esperaba un milagro, que perseguía un fantasma el cual sólo podía soñar con ver.
A duras penas, conseguía detener los ataques de sus rivales, sumido en aquella obsesión roja, hasta que al fin, algo alcanzó su hombro, hiriéndolo.
Dolorido, retrocedió unos pasos, y, de un rápido vistazo, observo su hombro.
Una pequeña y bella daga le había atravesado la hombrera, clavándosele en la carne, sangrando levemente. Pero... Aquella daga... Había algo que se iluminaba en su mente, como una centella...
Alzó la cabeza, y allí estaba ella.
Aquel pelo rojo, aquellas facciones que le hacían sentir sentimientos tan contradictorios...
Rápidamente, se lanzó hacia él, y a duras penas pudo Garen parar las poderosas acometidas de aquel demonio rojo. Sentía su mente helada, su cuerpo entumecido. Era... Ella...
Sacó fuerzas de la flaqueza y, de un potente mandoblazo, hizo retroceder a su rival. ¿¡En qué estaba pensando!? No era momento para pensar, aquella mujer no era más que una sucia noxiana, ¡sabía lo que debía hacer!
Al grito por su patria, alzó su pesada arma y cargó contra aquel demonio pelirrojo. Combatieron sin descanso, prácticamente ajenos a la batalla que ocurría a su alrededor, enfrascados el uno en el otro, sin que nadie se atreviese a intervenir en la lucha de aquellos dos titanes.
Pero, durante una carga, ambos cuerpos chocaron, y rodaron por una ladera, alejándose del campo de batalla.
Al dejar de rodas, Garen, con el cuerpo dolorido a causa de todo el cansancio ignorado, abrió los ojos, y encontró a aquella mujer sujetando un afilado cuchillo frente a su cuello, respirando pesadamente, sentada sobre su pecho.
-Parece ser, grandullón, que has perdido - dijo la mujer, con una voz suave y sensual - Y lo siento, pero nunca dejo trabajos a medias.
Pese a la seguridad que transmitía en su voz, Garen notó que el brazo que sujetaba el cuchillo no le apretaba realmente el cuello, y la mirada de aquel demonio lo escrutaba con un brillo de duda e indecisión en sus ojos.
Algo rugió en su interior, y propinándole un rápido rodillazo, la empujó hacia un lado, poniéndose ahora él encima de ella, sujetándola por los brazos.
-¡El filo de mi espada es el único juicio que le espera a una perra noxiana como tú! - gritó, colérico - ¡Nunca has merecido otro destino!
Pero notó en sí mismo, sorprendido, que aunque su voz era firme, no podía evitar sentir dolor al dañar a aquella mujer. Se dio cuenta, con horror, que no era el reto de la batalla por lo que le obsesionaba esa mujer...
Ambos se mantuvieron, el cual sólo se cortaba por la pesada respiración de ambos. Sus miradas estaban unidas con un magnetismo que ni los polos de la tierra podían igualar.
Sin llegar a tener realmente conciencia sobre lo que hacía, Garen comenzó a bajar lentamente la cabeza, acercando su boca al oído de la mujer, mientras ambas respiraciones se aceleraban a cada milímetro que se acercaban el uno al otro.
-¿Por... Qué...? - susurró Garen, lentamente, pronunciando cada palabra en una exhalación de dolor, confusión, y sentimientos encontrados.
-Tú también lo sientes... ¿Eh? - dijo ella, mientras hacía gala de una efímera risa sarcástica entre los jadeos de su pesada respiración.
Lentamente, con miedo por lo que ambos sentían, y entre profundos jadeos, ambas miradas volvieron a juntarse, mucho más cercanas ahora la una a la otra. Cada uno podía sentir las exhalaciones del otro.
Cerrando los ojos, lentamente, ambos labios se unieron. Bebiendo el uno del otro, Garen disfruto de aquella textura, de aquel sueño que negaba como suyo, pero que necesitaba sentir tan cercano.
Tan pronto como separaron los labios, aquella mujer ya no se encontraba bajo Garen.
Levantó la mirada, buscándola. Ella estaba a unos pocos metros, inexplicablemente.
Escupió.
Garen sintió por última vez la mirada de aquella mujer, ceñuda, pero a la vez sin ser capaz de transmitir odio, siendo incapaz de contener un brillo de anhelo, antes de que desapareciera entre la maleza.
[Dedicado a NiD, espero que te guste.]

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